jueves, 21 de mayo de 2009

La educación y el pueblo Mapuche

Por Cecilia Rayen Caniuman Ancalef
Para el pueblo mapuche, el tema de la educación, también lo han ido incorporando dentro de sus demandas, como incluir dentro de la educación preescolar y básica, el tema de la interculturalidad, además la necesidad de acceso a la educación superior, a si se ha sumado la necesidad política de atender este reclamo, por lo que a partir del año 1991, producto de la ley Indígena, la que en el Título IV, párrafo segundo De la Educación Indígena , Artículo 33 señala: "La ley de presupuestos del sector público considerará recursos especiales para el Ministerio de Educación destinados a satisfacer un programa de becas indígenas. En su confección, orientación global y en el proceso de selección de los beneficiarios, deberá considerarse la participación de la Corporación. " Cabe considerar que esta beca no se la dan a todos los estudiantes indígenas, solo a un grupo selecto, que constituya un caso vulnerable en tanto a lo socioeconómico, privilegian el hecho de vivir en un ambiente rural, por supuesto, es aquí donde se debe tomar énfasis, pero la realidad, y los datos estadísticos muestran que ha habido un gran número de Mapuches que han emigrado a la ciudad, y allí es donde se tienen que adaptar y tener que vivir muchas veces en condiciones de precariedad. (Según el censo, el 60% del total de la población mapuche es urbana. La población rural (40% del total) es relevante: en la Región de la Araucanía el 70% de la población mapuche se localiza en las áreas rurales)
Además, que en se ha incorporado para facilitar el acceso a la educación a todos y a todas los y las estudiantes (as) que ingresen a la educación Superior, independientemente del origen, son los créditos fiscales para las universidades tradicionales y los créditos con garantía estatal en las universidades privadas y institutos de formación técnica.
Los obstáculos de todo tipo que enfrenta los (as) estudiantes (as) Mapuche para acceder a la educación superior tienen que ver, además con las condiciones socioeconómicas de precariedad, con la vocación productiva de las sociedades de nosotros(as) los(as) mapuche y con las oportunidades que abre la oferta de servicios educativos, con los escenarios de posibilidad que un grupo o una familia en particular identifica con respecto a la educación superior.
En términos generales, puede decirse que la educación superior representa, además de un símbolo de estatus, la posibilidad de movilidad social ascendente para el imaginario colectivo.
Los datos disponibles muestran que la población estudiantil mapuche que alcanza a insertarse en la educación superior, escoge un número limitado de carreras, combina alguna actividad generadora de ingresos con los estudios, es altamente vulnerable a la deserción por razones económicas y enfrenta serios problemas de adaptación y desempeño.
Una mirada más cuidadosa indica que las condiciones del estudiantado Mapuche en los planteles de educación superior, están también marcados por sus antecedentes personales, los y las estudiantes que provienen de familias con algún integrante que haya cursado la educación superior, tienen mayores apoyos familiares y un camino previo conocido que facilita la inserción, la adaptación, la permanencia y la adquisición de los nuevos códigos sociales y culturales que representa el medio de la educación superior para los indígenas.

Por otro lado, la migración es un factor que también incide hoy de manera importante en las posibilidades y condiciones de desempeño de los estudiantes indígenas; por una parte, las remesas permiten que los hijos-as o hermanos-as menores puedan realizar estudios a nivel superior; por otro lado, en algunas regiones ha determinado que la mayoría de la población inscrita en las diversas opciones de educación superior esté conformada por mujeres.

Mujeres indígenas y educación superior ¿dónde estamos?

La educación es un campo ideal para revisar los mecanismos mediante los que se reproducen las relaciones de subordinación del pueblo mapuche ante la sociedad y de manera paralela, las modalidades que adquiere esta misma, cuando se agregan otros factores de dominación, como las relaciones de género.
Según el Censo de población del año 2002 en Chile el 4.57 % dijo pertenecer a algunos de los pueblos originarios, el 25 % de este corresponden al segmento juvenil de 19 a 29 años del total poblacional indígena, de ellos solo 22.590 individuos han accedido a la Educación Superior lo que constituye un total de 12.7% de este, que distribuidos por la variable genero muestran que un 50.3% son mujeres 49.6% corresponde a hombres.
En tanto en la Universidad Austral , refleja un equilibrio un poco menor por género, el ingreso de mujeres mapuche (47,68%) a la educación superior en comparación con hombres Mapuche (52,32%),
Estos datos evidencian con ello la incorporación de la mujer a la vida Universitaria de una manera más activa, pero sin asegurar que tanto hombres como mujeres mapuche terminarán la universidad de manera satisfactoria.
Sin embargo a través del índices y datos estadísticos del Censo 2002 y CASEN 2006, encontramos que el acceso a la educación superior por la variable género, tiene una brecha significativa.
“En efecto, la promoción de mujeres indígenas que asisten a la educación superior es prácticamente la mitad de la proporción de jóvenes mujeres no indígenas…” (Etnia y pobreza en Chile. Ministerio de Planificación y Cooperación, MIDEPLAN, Santiago, Abril 2002).
La demanda de acceso a la educación se ha identificado, hasta ahora en dos sectores de la población femenina mapuche: por un lado en las estudiantes de nivel medio y medio superior que tienen la expectativa de continuar con su formación; por otro, en las mujeres indígenas que desarrollan liderazgos específicos y van enfrentando la necesidad de una formación académica y de la ampliación de sus capacidades. Para ambos casos, los indicadores demuestran que no hay una respuesta suficiente, pertinente ni concreta que permita hacer efectivo el derecho a la educación que tienen las mujeres indígenas.
En este contexto, la presencia efectiva de mujeres indígenas jóvenes en la educación superior es un fenómeno que requiere conocerse y documentarse más a fondo, puesto que representa un proceso de superación de dificultades económicas, sociales, culturales y de género que debe documentarse para contribuir a abrir espacios más amplios y adecuados en la educación superior para los estudiantes indígenas en general y especialmente, para las mujeres.
De cualquier forma, la escasa información derivada de estudios de caso, que es la que puede invocarse para abordar esta temática, reseña dificultades particularmente difíciles para el acceso de las mujeres Mapuche a la educación superior, en la medida en que la etapa del ciclo de vida en que se presentan la oportunidad y la necesidad de cursar estudios superiores, se empalma con la vida reproductiva, conyugal y familiar de las mujeres y la dedicación al estudio implica o posponer ese proceso, o negociar distintas estrategias para asumir, además de las obligaciones maternales y conyugales, las responsabilidades estudiantiles. En cualquier caso, para la mayoría de las lamgen, ser universitaria constituye un choque directo con los constructos culturales de género de la sociedad mapuche actual, y muchas de las mujeres (hay excepciones) que han podido acceder a los estudios universitarios tienen en general, una biografía de conflictos familiares y sociales en su papel de transgresoras.

Por otra parte, no se cuenta aún con una base actualizada y comparable de datos que permita establecer medidas de seguimiento al alumnado mapuche en planteles de educación superior y menos aún, con información cualitativa y estadística que permita reconocer las diferencias y similitudes en la experiencia educativa de los-as lamgen, cuyo número va aumentando consistentemente.
La posibilidad de cursar una carrera con la expectativa de ejercer una profesión supone, para el caso de las lamgen un cambio en los patrones culturales que han marcado los papeles y funciones de género tradicionalmente y, por tanto, representa también un cambio cultural de dimensiones fundamentales en la vida colectiva de los pueblos indígenas que es necesario analizar para entender una de las pautas más importantes en la modernización de los pueblos originarios en los albores del siglo XXI.

Finalmente, dentro de estas consideraciones generales, es necesario destacar el papel que juegan las limitaciones económicas familiares y la falta de acceso generalizado del pueblo mapuche a la educación superior, en los obstáculos para que las mujeres se incorporen a los estudios universitarios. La falta de autonomía económica entre la población femenina; la visión tradicional de privilegiar la formación de los hombres, especialmente en contextos de pobreza generalizada, y las necesidades urgentes de sobrevivencia de los núcleos familiares inmediatos, son sólo algunos de los problemas que se interponen en el acceso de las mujeres indígenas a la educación superior.